Es curioso pero a veces creemos que la vida de éxito que nos gustaría vivir se dará de manera espontánea sin requerir de nuestro aporte consciente.
Cada vez que tengo la oportunidad de
facilitar un proceso a una persona que tiene curiosidad y decisión de saber qué
es aquello de ser la mejor versión de sí mismo, encuentro una constante y es la
mentalidad de mendigo.
Y cómo así de mendigo, cuando todos
quisiéramos ocupar el palco del rey.
Y cuando hago alusión al mendigo no me
estoy refiriendo a la condición física, ni nutricional, ni mucho menos en un
sentido peyorativo ni de descalificar. Sino a aquella condición mental en la
que el individuo vive y piensa desde la escasez que parte de una posición de
poco merecimiento y de muy bajo impulso para ir tras sueños y objetivos.
Hay varios aspectos que evidencian
escasez, desde de lo físico y material, pero también se refleja en el área
mental y espiritual. Ahora mismo nos vamos a referir a algunos tópicos de
aspectos físicos y en posteriores artículos iremos profundizando en otros más.
Hasta ahora en mi vida no he tenido la
oportunidad de visitar un palacio. Pero sí los he visto en revistas, películas
y noticieros, tal y como me imagino que te ha pasado a ti.
Y lo que te quiero comentar es como con
nuestros hábitos y comportamientos alimentamos creencias que nos alejan de
conseguir nuestras metas y de una buena armonía con nosotros mismos, con
nuestra pareja y con quienes nos rodean. De esta manera entramos en un
conformismo que mendiga y renunciamos al altruismo y determinación de un rey.
La majestuosidad de un palacio es
impactante, y no solo por la opulencia. Más allá de ello lo que brilla es el
orden, el aseo, el buen gusto.
¿Cómo viste la monarquía? Aparte de
manejar marcas de prestigio y moda, se nota también el orden, la postura, el
estilo.
¿Cómo se alimenta la realeza? Con ambrosía,
es decir con manjares de los dioses: viandas bien preparadas, saludables, de
excelente sazón.
Cuando en nuestra vida se vuelve una
constante determinados hábitos por pereza, desaseo, o conformismo estamos
alimentando el mendigo que llevamos dentro.
Por citar un ejemplo, el solo hecho de
que se permanezca en casa en piyama, sin bañarse, despeinado, de mal aspecto y
desagradable olor influye en la interacción con tu pareja, con tus hijos; en tu
trabajo si es que laboras desde casa; y lo más importante en la relación
contigo mismo, en la manera como te percibes a ti mismo, como te sientes
contigo mismo.
El solo hecho de tender tu cama,
organizar tu habitación, ponerte ropas limpias cada día, tener tu cabello
limpio y con un corte, afeitarte, mantener tus uñas limpias y cuidadas, son
detalles que hacen la diferencia en tu vida.
El orden físico puede llegar a ser un
reflejo del orden mental, del nivel de autoestima, y del nivel de compromiso
que cada persona tenga hacia sí misma.
La invitación que deseo hacerte hoy es
a que identifiques si hay en tu vida algún aspecto en el que requieras dar el
paso de mendigo a rey. Y luego determines cómo puedes hacer de tu presentación
personal y de tus espacios algo digno de un rey, independiente de tu nivel y
posición económica, con lo que cuentas hoy toma acción ahora mismo.
Si una persona ha elegido que su
habitación, su casa, su oficina, sus ropas tengan la apariencia, el olor y el
caos de una pocilga, difícilmente es un individuo que podrá alcanzar una vida
de éxito consistente y perdurable en el tiempo. Quizás temporal y de manera
intermitente sí, pero no constante.
Por el contrario, si una persona
independientemente de su nivel económico y de ingresos, elige vivir y vestir de
manera pulcra, limpia, agradable se sentirá y proyectará un sentir de calidez,
motivación y apertura. Su valía, su autoestima, su merecimiento se
incrementarán paulatinamente.
El respeto y el cuidado empieza por sí
mismo. Si desde hoy eliges liberarte de tus hábitos dañinos que te tienen en la
categoría de mendigar y eliges vivir como rey, ponte en acción con alguna de estas
tareas que te pueden servir como referente o bien idearte las que te
correspondan según tu situación:
1. organiza tu entorno físico en todo lo referente a
orden y aseo
2. bota lo que no necesitas o está malo
3. regala lo que no te gusta o no te sirve pero que
está en buenas condiciones
4. haz que tu olor corporal y el de tus espacios sea
súper agradable
5. invierte en tu apariencia física con limpieza,
pulcritud y amor
6. haz que tus espacios sean realmente placenteros a
la vista, al olfato, que te sientas muy cómodo y plácido
7. cumple con el refrán de que hay un lugar para cada
cosa y cada cosa en su lugar.
Te pongo el reto de trabajar en estas
tareas durante 21 días y comprueba por ti mismo el efecto importante que tendrá
en tu estado de ánimo y el impulso para enfrentar cada día con una disposición
diferente.
En próximas oportunidades haré alusión
a otros aspectos que aunque sencillos son de gran importancia y harán la
diferencia en tu vida.
Me gustaría saber tus opiniones sobre
este artículo, tus experiencias de vida y que además lo compartas con aquellas
personas que consideres les puede ser de utilidad.
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Confío en que estas líneas te sirvan
como referente de inspiración para ti y los tuyos.
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Por tu Excelencia,
ÁngelaR
Tu Coach de Pareja&Liderazgo con Propósito
P.D. A
veces los retos de la vida se nos presentan en tan variadas facetas que no
alcanzamos a “digerir” nuestras propias creencias y requerimos de alguien que
nos oriente para descubrirlas, en CreaExcelencia estamos para facilitar tus
procesos de crecimiento personal, en pareja y en familia.