miércoles, 10 de diciembre de 2014

Mendigo o rey: cuál te identifica

Es curioso pero a veces creemos que la vida de éxito que nos gustaría vivir se dará de manera espontánea sin requerir de nuestro aporte consciente. 



Cada vez que tengo la oportunidad de facilitar un proceso a una persona que tiene curiosidad y decisión de saber qué es aquello de ser la mejor versión de sí mismo, encuentro una constante y es la mentalidad de mendigo.

Y cómo así de mendigo, cuando todos quisiéramos ocupar el palco del rey.

Y cuando hago alusión al mendigo no me estoy refiriendo a la condición física, ni nutricional, ni mucho menos en un sentido peyorativo ni de descalificar. Sino a aquella condición mental en la que el individuo vive y piensa desde la escasez que parte de una posición de poco merecimiento y de muy bajo impulso para ir tras sueños y objetivos.

Hay varios aspectos que evidencian escasez, desde de lo físico y material, pero también se refleja en el área mental y espiritual. Ahora mismo nos vamos a referir a algunos tópicos de aspectos físicos y en posteriores artículos iremos profundizando en otros más.

Hasta ahora en mi vida no he tenido la oportunidad de visitar un palacio. Pero sí los he visto en revistas, películas y noticieros, tal y como me imagino que te ha pasado a ti.

Y lo que te quiero comentar es como con nuestros hábitos y comportamientos alimentamos creencias que nos alejan de conseguir nuestras metas y de una buena armonía con nosotros mismos, con nuestra pareja y con quienes nos rodean. De esta manera entramos en un conformismo que mendiga y renunciamos al altruismo y determinación de un rey.

La majestuosidad de un palacio es impactante, y no solo por la opulencia. Más allá de ello lo que brilla es el orden, el aseo, el buen gusto.

¿Cómo viste la monarquía? Aparte de manejar marcas de prestigio y moda, se nota también el orden, la postura, el estilo.

¿Cómo se alimenta la realeza? Con ambrosía, es decir con manjares de los dioses: viandas bien preparadas, saludables, de excelente sazón.

Cuando en nuestra vida se vuelve una constante determinados hábitos por pereza, desaseo, o conformismo estamos alimentando el mendigo que llevamos dentro.

Por citar un ejemplo, el solo hecho de que se permanezca en casa en piyama, sin bañarse, despeinado, de mal aspecto y desagradable olor influye en la interacción con tu pareja, con tus hijos; en tu trabajo si es que laboras desde casa; y lo más importante en la relación contigo mismo, en la manera como te percibes a ti mismo, como te sientes contigo mismo.


El solo hecho de tender tu cama, organizar tu habitación, ponerte ropas limpias cada día, tener tu cabello limpio y con un corte, afeitarte, mantener tus uñas limpias y cuidadas, son detalles que hacen la diferencia en tu vida.

El orden físico puede llegar a ser un reflejo del orden mental, del nivel de autoestima, y del nivel de compromiso que cada persona tenga hacia sí misma.


La invitación que deseo hacerte hoy es a que identifiques si hay en tu vida algún aspecto en el que requieras dar el paso de mendigo a rey. Y luego determines cómo puedes hacer de tu presentación personal y de tus espacios algo digno de un rey, independiente de tu nivel y posición económica, con lo que cuentas hoy toma acción ahora mismo.


Si una persona ha elegido que su habitación, su casa, su oficina, sus ropas tengan la apariencia, el olor y el caos de una pocilga, difícilmente es un individuo que podrá alcanzar una vida de éxito consistente y perdurable en el tiempo. Quizás temporal y de manera intermitente sí, pero no constante.

Por el contrario, si una persona independientemente de su nivel económico y de ingresos, elige vivir y vestir de manera pulcra, limpia, agradable se sentirá y proyectará un sentir de calidez, motivación y apertura. Su valía, su autoestima, su merecimiento se incrementarán paulatinamente.

El respeto y el cuidado empieza por sí mismo. Si desde hoy eliges liberarte de tus hábitos dañinos que te tienen en la categoría de mendigar y eliges vivir como rey, ponte en acción con alguna de estas tareas que te pueden servir como referente o bien idearte las que te correspondan según tu situación:

1.   organiza tu entorno físico en todo lo referente a orden y aseo
2.  bota lo que no necesitas o está malo
3.  regala lo que no te gusta o no te sirve pero que está en buenas condiciones
4.  haz que tu olor corporal y el de tus espacios sea súper agradable
5.  invierte en tu apariencia física con limpieza, pulcritud y amor
6.  haz que tus espacios sean realmente placenteros a la vista, al olfato, que te sientas muy cómodo y plácido
7.   cumple con el refrán de que hay un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar.

Te pongo el reto de trabajar en estas tareas durante 21 días y comprueba por ti mismo el efecto importante que tendrá en tu estado de ánimo y el impulso para enfrentar cada día con una disposición diferente. 

En próximas oportunidades haré alusión a otros aspectos que aunque sencillos son de gran importancia y harán la diferencia en tu vida.

Me gustaría saber tus opiniones sobre este artículo, tus experiencias de vida y que además lo compartas con aquellas personas que consideres les puede ser de utilidad.

Mi correo electrónico está disponible para tus comentarios, inquietudes y sugerencias. Así como para que inscribas más personas que puedan recibir estas reflexiones.

Confío en que estas líneas te sirvan como referente de inspiración para ti y los tuyos.

Déjame saber tus opiniones en crea.excelencia@gmail.com; también puedes visitarme en Facebook y en Twitter.

Por tu Excelencia,

ÁngelaR


Tu Coach de Pareja&Liderazgo con Propósito

P.D. A veces los retos de la vida se nos presentan en tan variadas facetas que no alcanzamos a “digerir” nuestras propias creencias y requerimos de alguien que nos oriente para descubrirlas, en CreaExcelencia estamos para facilitar tus procesos de crecimiento personal, en pareja y en familia. 

miércoles, 3 de diciembre de 2014

3Re para conseguir lo que queremos

Plantearnos sueños y metas es una constante en el ser humano. Aun así, a la hora del té a veces parece ser que lo que nos llega es justo lo que no queríamos y nos justificamos diciendo que “al que no quiere caldo, le dan dos tazas” y yo agregaría que hasta tres.




¿Te ha pasado, te sientes identificado? A mí me sucedía y no pocas veces, sino por el contrario con mucha frecuencia. Aprendí algo fundamental que hizo la diferencia, es algo en lo que sigo trabajando día tras día y es precisamente lo que te quiero compartir.

Me has oído repetir que no vinimos con manual debajo del brazo para saber cómo vivir desde la Excelencia y siendo la mejor versión de nosotros mismos. Por ello, es nuestra tarea Re-Aprender, Re-Construirnos, Re-Modelarnos.

Una vez llegamos a un nuevo nivel de conocimiento se trata de un ejercicio diario, un hábito como afirmaba Aristóteles: “somos lo que hacemos día a día; de modo que la excelencia no es un acto sino un hábito”.

Porqué te hago primero énfasis en las palabras de Aristóteles, pues mira, porque no basta con tener algo teórico, sino que adquiere total validez cuando permites romper tus esquemas mentales habituales y darte la oportunidad de aprender desde otra perspectiva.

Dejando claridad con este preámbulo ahora te voy a preguntar si has oído hablar de la profecía autocumplida. Aunque de pronto te suene extraño con plena seguridad que lo has vivido.

La profecía autocumplida o efecto Pigmalión tiene sus orígenes en la mitología de donde se deriva el nombre y el concepto, y tiene un poder enorme sobre nuestras vidas, más del que te puedas imaginar.

Básicamente hace alusión a que nuestra mente da cumplimiento a lo que nos proponemos, nos enfocamos, nos focalizamos. Es la expectativa que se tiene sobre nosotros mismos, sobre los demás, sobre algo, y se ve reforzada por creencias y mensajes, de allí que se cree o se construya la evidencia para hacerla real.

La mente se encarga de que se cumpla tanto para expectativas positivas como negativas. Porque nuestra mente consciente busca “ser leal” a nuestra mente inconsciente, y de allí que pretenda no defraudarla.

Si por ejemplo, te pregunto cómo es tu pareja ideal y tu respuesta tiene que ver con algo como: ¡ah! una persona que no sea infiel, que no sea toma trago, que no sea irresponsable, que no sea desordenada, que no sea descarada, que no sea maltratadora, justamente te vas a topar con este tipo de parejas y conectarás con este tipo de personas porque es en lo que tu mente está enfocada. 

¿Ya te pasó, ya lo viviste, justo es eso lo que estás experimentando? Es como una especie de espejo. Lo que se pone ante él es lo que se refleja.

Si tu respuesta pudiera ser: ¡Ah! Mi pareja ideal es fiel, amorosa, bondadosa, responsable, conectada, cariñosa, amable y… ¿Adivina justo que tipo de personas van a llegar a tu vida y se van a quedar?

Te voy a poner otro ejemplo, cuando decides que deseas comprar algo, por ejemplo un automóvil rojo de determinado modelo. ¡Humm! sales a la calle, imagínate cuántos carros rojos con esas características verás, pareciera que aparecen de manera espontánea por todos lados.

La vida es como un catálogo, pasas y pasas hojas y precisamente en lo que te concentras es lo que atraes.

Si a tu vida está llegando justo lo que no quieres es porque así lo estás planteando a nivel inconsciente y es ahí donde necesitamos trabajar juntos, tú y yo, para limpiar tus creencias con herramientas de liberación emocional y Programación Neurolingüística.

Me gustaría saber tus opiniones sobre este artículo, tus experiencias de vida y que además lo compartas con aquellas personas que consideres les puede ser de utilidad.

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ÁngelaR


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P.D. 1. Ya tienes en tus manos Las 9 Enfermedades Del Amor Que Tienen Tu Relación En Cuidados Intensivos,  el ebook digital de CreaExcelencia para llevar tu relación al siguiente nivel.


P.D. 2. Solo sabe quien practica, quien deja de acumular conceptos y habla mejor desde su experiencia de vida y sus resultados. 

miércoles, 26 de noviembre de 2014

¿Qué prefieres: bisutería o diamantes?

Qué cuidado y valor le otorgas a una piedra preciosa, cómo la luces, cómo la cuidas, cómo la preservas, cómo la custodias.






Crear un gran estilo de vida es una meta común para muchos individuos. De ahí que se inviertan recursos valiosos como dinero, tiempo y esfuerzo en estudiar y/o trabajar para disfrutar más delante de lo que cada quien anhela bien sea un patrimonio en dinero, viajes, propiedades, inmuebles, joyas, autos, conocimiento, títulos, en fin, la lista es larga e individual.

La relación de pareja es un área fundamental del gran estilo de vida, pocos la ponderan y por lo tanto es común que la excluyen a la hora de plantearse ese gran estilo de vida.

En las últimas semanas hemos trabajado el tema de cuidar de la relación, de invertir conscientemente en ella, protegerla y abonarla como si se tratara de un cultivo de finas orquídeas.   

Deepak Chopra nos enseña sobre el mismo tópico con la siguiente consignacuidar responsablemente lo que valoramos como un medio para hacer cumplir nuestros sueños”.

Te has preguntado cuán relevante es para si tu relación de pareja. Si realmente es importante cómo la valoras, cómo la cuidas, qué tan responsable es ese cuidado.

Si para ti la relación de pareja equivale a una bisutería, entendida como una piedra semipreciosa que puede tener un valor relativo, inclusive ser bonita, llamativa, tener buen diseño y estar de moda le darás un cuidado relativo al valor que le otorgues.

Sin embargo, llevándola al siguiente nivel: si homologas tu relación de pareja con un diamante, qué cuidado y valor le otorgas a una piedra preciosa de esa dimensión, cómo la luces, cómo la cuidas, como la preservas, cómo la custodias.

Para fomentar la riqueza inviertes en riqueza. Para fomentar el amor se invierte en amar. Para fomentar la relación se debe invertir, cuidar, proteger responsablemente de la relación, de tu pareja, del ambiente y entorno en que se desenvuelven.

Solo en ti está el poder de cuidar de tu relación y de tu pareja como una bisutería común o como un valioso diamante. La relación es tan sagrada como tú le otorgues ese valor. 

Nadie más la puede ponderar por ti, es decisión personal e intransferible. Es la inversión consciente que haces por el derecho a amar para ser amado. 

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ÁngelaR


Tu Coach de Pareja&Liderazgo con Propósito

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miércoles, 19 de noviembre de 2014

Es tu relación, ¿una flor silvestre o cultivada?

Lo que se aprecia se cuida. Cada quien determina el valor que le asigna a su relación de pareja, si representa una flor silvestre o una fina y cultivada. Así mismo será relativa la inversión de tiempo, dinero, esfuerzo que invierta en ella.




¿Qué harías si deseas tener un jardín de orquídeas porque te parecen lindas y anhelas verlas florecidas y disfrutar de su aroma, de su colorido y de su belleza?

No basta con anhelarlo y que te gusten para ver las flores. Si sabes poco del tema te tocará asesorarte y aprender. Requieres saber cuáles son las condiciones para que el suelo esté fértil, cuál es el abono preciso, las condiciones de luz, el riego, en fin un sinnúmero de detalles que harán que al cabo de un tiempo tu vista y tu olfato se deleiten con maravillosas flores.

Para todo ello vas a requerir de tiempo, ocuparte de las plantas, invertir el dinero que sea necesario en literatura sobre el tema, quizás asistir a un curso o contratar asesoría, comprar los insumos y abonos necesarios, disponer del espacio físico y hacer las adecuaciones que demanden.

Las orquídeas no son flores comunes. Para verlas florecer se requiere de tiempo y persistencia, de la paciencia y dedicación de su jardinero. Y bien, he puesto como referencia cultivar orquídeas pero igual el ejemplo lo puedes llevar a otros temas de tu agrado como un pasatiempo o hobby, o aún un deporte que te interese.

Así como cuidar un jardín requiere de dedicación lo mismo ocurre con la relación de pareja. Se pretende erróneamente que un romance prospere simplemente porque se “invirtió” en la etapa inicial de seducción. Digamos que esta es la parte fácil y rápida.

Mantener la relación es una inversión consciente. Infortunadamente poco se sabe y algunos van de tumbo en tumbo porque carecen de educación emocional.

Ya me has oído decir que somos analfabetas en muchas áreas, y cada quien domina algunas y desconoce otras, para eso estamos ¡para aprender! Sin embargo, uno de los tópicos de mayor analfabetismo es el emocional y de ahí que contemos con una salud lábil en esta misma área.

Querer una pareja y tener una persona al lado no es lo mismo que tener una relación sana, empoderada y funcional. Me encanta la frase de Michael Levine que dice que tener un piano no lo vuelve a uno pianista. Y es lo mismo, tener unas matas de orquídeas no significa que vayan a florecer.

Cuidar la relación de pareja necesita más que atracción. Por simple química no perdura en el tiempo. Requiere de cuidado y dedicación, entender las necesidades y el lenguaje de amor del otro, y tener la osadía de arriesgarse a invertir como si se tratase de ese cultivo que tanto anhelas ver florecer.

Y esto es válido tanto para aquellas personas que ya están en una relación y la sienten como un formalismo, y para aquellos que siguen solos porque ninguna relación “cuaja”.

Es imperativo limpiar el terreno y formarse para poder cultivar con éxito. Educarse es básico. Para aprender a leer y a escribir requerimos de años de entrenamiento y práctica, de la guía de padres y maestros, sino nacimos aprendidos no queda otra que poner manos a la obra y hacer lo que sea necesario con tal de sacar la relación adelante.

Confío en que estas líneas te sirvan como referente de inspiración para ti y los tuyos.

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ÁngelaR


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miércoles, 12 de noviembre de 2014

¿A qué huele tu relación y cómo se ve?

Es parte de nuestra naturaleza divina el vivir en grupo, acompañados, somos seres sociales por naturaleza. De ahí que una de los mayores anhelos, común a un gran porcentaje de la población, sea conseguir una relación de pareja como forma de sentir a otro de manera íntima y gozar de la posibilidad de amar para ser amado.



Quizás en este postulado se encuentre una de las causas más comunes de las problemáticas que se trabajan tanto con personas que ya están en una relación -como un formalismo-, como con aquellos que siguen solos porque ninguna relación “cuaja”.

Lo que he identificado como factor común es que con resultados, favorables y momentáneos, se focalizan en cómo conseguir una pareja, activan todas las antenas, y diseñan un kit de herramientas para ello.

Se concentran en el conseguir y una vez están ahí, se olvidan de que hay que invertir en cómo conservarla. Apuestan todo por atraer, cautivar, seducir; y el mínimo o nada por conservar. Mejor optan por entregársela a la suerte, al destino o a Dios y luego culpan a ese mismo Dios, a la suerte y al destino de los pésimos resultados.

He ahí el dilema, se invierte para conseguir pero no se invierte para conservar porque pareciera que no resulta fácil ser consistentes y en la cuenta bancaria del amor hacer depósitos constantes para que genere jugosos intereses.

La relación de pareja es como una planta. Si no la riegas, la abonas y la podas quizás poco a poco se va secando y debilitando o se muera.

En mi libro electrónico Las 9 Enfermedades Del Amor Que Tienen Tu Relación En Cuidados Intensivos, que tendré el gusto de presentar a la luz pública la próxima semana, detallo como con nuestras actitudes, acciones y omisiones; y desde nuestros patrones y personalidad descuidamos tanto la relación, al otro y a nosotros mismos que hacemos muy poco por conservarla fértil, frondosa y florecida.

Seducción y conquista
Quizás seducir en la primera etapa te resulte muy fácil. Pero qué hay de aquello de preservar lo conquistado. Aunque son muchas las piezas del rompecabezas que hacen parte de este tema, en este artículo vamos a hacer hincapié en un aspecto específico.

Cuando estamos en plan seducción cuidamos nuestro aspecto personal, nuestra imagen física y nuestro espacio.

Una vez ganada la primera etapa de montaña algunas personas suelen descuidarse y no trabajan por el gran premio. Y tanto hombres como mujeres se dejan llevar por la desidia.

Normalmente esta situación se refleja de tres maneras:

#3 Presentación personal. En la etapa de seducción te organizabas como un postrecito: usabas tu loción favorita, te vestías de manera armoniosa y diligente, te organizabas el cabello, las uñas, la piel, en fin, dedicabas tiempo para verte y sentirte bien contigo mismo y resultar interesante para el otro/a.

#2 Cuidar de sí mismo. Cuando se está en el plan de impactar a alguien del sexo opuesto se cultivan hábitos como alimentarse bien para mantener un peso adecuado y una figura atractiva, hacer deporte, ocuparse del cuidado y salud del cuerpo.

#1 Mantener en orden el espacio personal. Dedicabas tiempo al aseo, higiene y orden de tu espacio personal tanto en el sitio de trabajo como en tu casa para que cuando te visitaran se encontraran con un lugar en óptimas condiciones.

Cómo puedes darte cuenta, algunos en la etapa de seducción y conquista inicial hacen todo para que la “vitrina” sea llamativa, brille y venda. Luego, cuando ya se da todo por hecho entran en la dejadez, en la pereza, en el abandono.

Dejar de ser interesante y atractivo para el otro hace que se pierda interés en la relación. Si por negligencia se cae en el descuido y reinan la mugre y el desorden tanto personal como del espacio físico te pregunto:

·       ¿Quién desea salir a la calle acompañado de una persona desaliñada, poco agradable y descuidada?
·       ¿Quién desea convivir con una persona que se ama poco y descuida su alimentación, su salud y su apariencia física?
·       ¿Quién desea tener “buen” sexo en un espacio sucio, desordenado, mal oliente?

Ten en cuenta que la primera persona con quien se convive es “yo con yo”, así que es primero la comodidad contigo mismo la que está en juego. Sino cuidas de ti mismo, sino te amas a ti mismo, sino inviertes en ti mismo mucho menos lo vas a hacer por tu pareja.

Te hago un llamado de atención para que re-evalúes: si tu relación entró en la apatía, o si ninguna relación prospera, de qué manera estos elementos pueden estar influenciándola y qué vas a hacer para poner los correctivos necesarios.

Recuerda la seducción y conquista inicial quizás resulten bastante sencillas; a lo mejor sostenerlas de manera consistente en el tiempo sean el verdadero reto.  

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ÁngelaR


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miércoles, 5 de noviembre de 2014

Y, ¿qué hay de tu salud emocional?

Es frecuente ver como en los comerciales de televisión se incentiva a las personas a renovar frenéticamente sus aparatos de telefonía celular. Te ofrecen en una promoción que supera el millón de pesos un equipo para que no te quedes rezagado y estés a la altura de tus amigos y de tu círculo. 

Y es aún más curioso como los usuarios acceden tan fácilmente a este tipo de mensajes y cambian equipos en buen estado y de versiones recientes solo por sentirse que están a la par, a la moda, y poder presumir con lo último del mercado.

Sin embargo, las mismas personas son renuentes a invertir en su salud emocional, en conocerse en un nivel profundo, en indagar acerca de cómo orientarse en su vida desde su sentir y su ser porque cualquier dinero que apuesten en este sentido les parece una suma escandalosa y difícil de conseguir.

Ahora mismo, la prioridad es como gastarse el dinero en la rumba, los regalos, la ropa de moda, renovar el televisor, el celular, los equipos tecnológicos, los juegos electrónicos, unas vacaciones o algo que en finalmente llene el vacío de no saber quien se es y compense por ende la necesidad de estatus.

Y al regreso a la cotidianidad pasa la anestesia y se retoma la misma vida en mediocridad: el cansancio, el estrés de las deudas, la angustia por un trabajo que no se disfruta, el caos de una relación de pareja que no trae frutos y los estados de ánimo de ira, frustración, soledad y desencanto.

Nos acostumbramos a gastar en banalidades y nos olvidamos de la importancia de invertir en nuestra salud emocional, aquella que nos brinda plenitud, crecimiento y tranquilidad.

Y no se trata de desvirtuar los beneficios del descanso y de un gran estilo de vida. Se trata de cuestionarnos como usamos los impulsos del consumismo para cubrir nuestras emociones desarticuladas, desequilibradas y limitantes.

Se trata de preguntarnos sobre cuáles son las verdaderas razones por las cuáles hacemos lo que hacemos.

Se trata de identificar cómo estamos disfrazando una realidad interna con una máscara externa.

Y ahí es dónde te formulo una pregunta poderosa:

¿Qué tanto sabes gobernar tus emociones, o ellas te controlan a ti?

 Hay tres pautas que te pueden servir para revisar cómo abordas tu salud emocional:

#3 Enfrentas o afrontas: no es lo mismo luchar, pelear o increpar la emoción a afrontarla y trabajar su origen, sus repercusiones y lógicamente que te indica, que te avisa, que te revela de ti mismo.

#2 Huyes o aceptas: disimular la emoción diciendo que no te pasa nada, que las cosas no son así, que los demás se equivocan frente a ti y buscar mecanismos como dormir, salir de rumba o de paseo, ver televisión, comer, drogarte, ingerir licor u otras sustancias son algunos de los mecanismos de evasión a los cuales se suele recurrir.

#1 Enquistas o liberas: cuando no trabajas las emociones la mente las guarda en un baúl, la enquista y las deja para que te dirijan como si se tratara de tu control automático. Cuando asumes la emoción, la procesas y la liberas te revistes con nuevos y empoderados estados y creencias que te apalancan para vivir en tus términos.

Ahora te dejo esta pregunta para tu reflexión: ¿cuánto te está costando seguir los lineamientos del consumismo por continuar reacio a invertir en ti mismo, en tu conocimiento y en tu crecimiento?

Cuando tienes dolor de muela vas al odontólogo; cuando tienes una infección ocular recurres al oftalmólogo;

¿qué te previene entonces de buscar la ayuda idónea y dejar el hábito de querer arreglarlo por ti mismo partiendo de que si supieras como solucionarlo tú solo ya lo hubieras hecho?

Confío en que estas líneas te sirvan como referente de inspiración para ti y los tuyos. Puedes contactarme en crea.excelencia@gmail.com y definimos juntos como salir del laberinto emocional en que ahora mismo estás sumido/a.

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Por tu Excelencia,

ÁngelaR


Tu Coach de Pareja&Liderazgo con Propósito

P.D. ¿Prefieres probar que estas en lo correcto o ser feliz?


miércoles, 29 de octubre de 2014

¿Es tu relación un campo de batalla?

Nuestra cultura ha alimentado varias creencias que hacen flaco favor al desarrollo armónico de una relación amorosa.


El intercambio de la pareja lejos de ser un espacio de intercambio amoroso, para algunas relaciones parece mejor un campo de batalla.

Los frecuentes conflictos que desatan una competencia abierta por determinar quién sabe más; quién gana más; quién grita y quién manda más, quién ejerce más presión y control, quién se hace esperar más, quién es más indispensable, quién...

…los secretos, las amistades escondidas, la agenda oculta, los programas no compartidos y la no inclusión del otro en el proyecto de vida son los ases bajo la manga que incentivan la competencia y el control. Erróneamente se piensa que estas conductas son saludables para la pareja, y todo lo contrario, construyen una muralla infranqueable de indiferencia, desconfianza y deslealtad.

Los valores que rigen a estas parejas distan mucho de la comunicación abierta, la vitalidad, la compasión, el compromiso y la fidelidad esenciales en una relación de excelencia.

Solo cuando en una relación se plantean claras las reglas y los estándares; y se respetan y se aceptan las necesidades del otro se puede triunfar en la relación; de lo contrario está condenada a la debacle, a la ruina, al caos.

Los conflictos de poder suelen hundir en el lodo a los miembros de la pareja de manera individual y a la relación como tal.

Poder vs amor son incompatibles. Los conflictos de poder están alimentados por el miedo, la confusión y el egoísmo. El conflicto de poder trae de la mano la fractura de la relación, frustración y negligencia.

El amor se alimenta de la entrega total y absoluta, de compasión, y de solidaridad. En el buen amar se da la armonía, el compromiso responsable y el crecimiento de ambos de manera inherente y exponencial.

En mi trabajo cotidiano con personas que están haciendo lo que se necesita hacer para sanar un corazón roto suelo constatar que cuando el miedo a enamorarse; a amar y ser amado; a construir un amor te paraliza, lo único que innegablemente conseguirás será que se te congele la vida.

El poder es una estrategia innefectiva para quien bien quiere sentirse amado y amar abierta y sinceramente.

Ahora, te invito a que con estos tres parámetros analices como te desenvuelves en tus relaciones íntimas:
#3 ¿tu relación está basada en el poder o en el amor?

#2 ¿Cuál es el costo emocional, familiar y económico de sostener una relación basada en el poder?

#1 ¿Qué puedes hacer ahora mismo para salir del conflicto de poder a la manifestación genuina, armoniosa y llena de placer que te brinda la posibilidad de amar y ser amado?

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P.D. No me interesa que me quieras mucho, sino que me quieras bien o muy bien”.
Walter Riso


miércoles, 22 de octubre de 2014

Los virus mentales de las relaciones

Tener una relación de pareja es un reto. Sí, así lo creo porque allí se desnudan los miedos, los traumas, los apegos, los conflictos y apegos sin resolver que se traen desde la infancia.


Una relación de pareja, al igual que la relación con el dinero, magnifica lo que cada quien cree y crea con lo que cree.

Tanto lo que cada ser ha limpiado como lo que aún le falta por resolver es lo que su pareja en cada momento le refleja como si se tratara de un espejo.

Todos los que trabajamos con dispositivos tecnológicos tenemos la experiencia de los virus informáticos. Se trata de programas que corrompen el sistema y no lo deja funcionar de manera óptima.

De la misma manera, nuestras relaciones están llenas de virus mentales que nos obnubilan y nos hacen pensar o creer que no hay otros caminos, otras fórmulas, otros criterios.

En una de mis charlas trabajo precisamente ese tema: Los 7 virus mentales que tienen las personas en su relación de pareja y como solucionarlos.

Hoy voy a destacar 3 que considero son básicos cuando se trata de sobrepasar los límites de la situación actual:

No. 3 Las personas no están acostumbradas a invertir en la educación de la pareja. Creen que las relaciones se dan de manera natural y no hay nada que aprender al respecto.

No. 2 Las personas no están acostumbradas a invertir en su relación. Se tiene la costumbre de gastar cuantiosas sumas en aparatos electrónicos como computador, Tablet, teléfono celular; en viajes, moda y hobbies; sin embargo, es más importante endeudarse en un teléfono nuevo que en hacer algo para crecer en el amor y se opta por dejar la inversión en la relación de lado.

No. 1 Buscar  la ayuda equivocada. Se recurre a la suegra, a los padres y a los amigos para poner “la queja” y “chismosear” sobre lo que la pareja hace o deja de hacer, haciendo caso omiso de que esta ayuda a veces no es ni siquiera de buena voluntad ni mucho menos estudiada en el tema y ofrece consejos que lejos de ayudar empeoran la situación.

La solución a estos tres errores implica un compromiso serio con uno mismo. Tomar la responsabilidad de la relación mediante la inversión de dinero, tiempo y esfuerzo en ayuda entrenada, capacitada e idónea.

Aceptar la llamada para limpiar los virus mentales que corrompen la relación es una decisión para ser la mejor versión de sí  mismo y aprender a crecer en pareja liberando al otro del equipaje emocional tóxico que se arrastra de hace años.

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ÁngelaR


Tu Coach de Pareja&Liderazgo con Propósito


P.D. El amor que no demuestres hoy, se perderá para siempre”.

Francisco J. Ángel Real en “El esclavo”