El sueño de encontrar una pareja ideal y preservar la relación con esa persona es común a todas las generaciones, culturas, sexos y edades.
¿Qué tan fácil y viable resulta
para ti cumplir ese sueño? ¿Te sientes capacitado, preparado y cuentas con los
recursos efectivos para llevarlo a cabo?
Infortunadamente son pocas las
personas que se sienten listas para vivir en una relación de manera armónica,
equilibrada y en conexión con su pareja.
El consumismo, la cultura y los
patrones aprendidos poco o nada nos inculcaron sobre como conducir una relación
a un nivel de excelencia.
Relaciones del común
Por defecto, se viven relaciones
comunes, del día a día, profanas.
Y cuando me refiero a algo
profano consiste en tratar algo sagrado sin el debido respeto, deshonrar,
prostituir, hacer uso indigno de cosas respetables.
Si tan solo le diéramos a la
relación de pareja el valor, el honor y la prioridad que se merecen tendríamos
una vida con unos estándares de felicidad bastante altos reflejados en salud
emocional, financiera, intelectual, física y obviamente espiritual.
Las personas que son religiosas
podrían esgrimir la defensa de que ellos sí viven relaciones íntegras y lamento
decir que se trata de dos cosas diferentes. Dios no tiene religión, como
afirmaba Gandhi. Así, que independiente de la concepción de Dios que cada quien
maneje y de la religión que profese habrá quienes siendo muy religiosos no
aportan el sentido sagrado a su vivencia individual, colectiva y mucho menos
íntima.
Las 3 etapas
Para escalar en una relación que cierre la brecha entre lo profano y lo sagrado podríamos considerar que hay tres etapas importantes:
No. 3 Amor
Inteligente o AmorSmart, donde se cuenta con los recursos, estrategias y
conocimientos tanto de sí mismo y de su emocionalidad para apalancar la relación.
No. 2 Entendimiento,
es hacer consciente lo inconsciente. Cuando ya no solo se dice que se sabe o se
conoce algo desde el nivel intelectual sino que se hace tránsito al nivel de la
consciencia, de conexión con el ser interno donde lo esencial al ser humano
cobra su real valor.
No. 1 Sabiduría,
para integrar inteligencia y consciencia se requiere “la prudencia que hace
verdaderos sabios”. La sabiduría se envuelve en amor, aceptación, admiración y
generosidad profunda. Todos son ingredientes de alto valor para hacer de tu
pareja y de la relación la prioridad, el centro.
Cuando llegas al nivel en que ya
no buscas quien te ame, sino a quien amar, la perspectiva de lo sagrado, de lo
divino, de la conexión real llega, por lo tanto se supera el nivel de lo
profano.
No se trata de un camino fácil
pero sí posible.
Ni la sumisión ni la dominación tienen cabida en un amor sagrado.
Renunciar, desapegarse, y empoderarse son esenciales a este proceso de crecimiento interior desde la pareja y con la pareja.
Ni la sumisión ni la dominación tienen cabida en un amor sagrado.
Renunciar, desapegarse, y empoderarse son esenciales a este proceso de crecimiento interior desde la pareja y con la pareja.
Máscaras del ego
Azotar el ego entendido como egocentrismo, egoísmo, egonarcisismo da paso a una autoestima funcional donde ahora sí reinan el amor y la sexualidad sagradas caracterizadas por la aceptación, autovaloración, y la independencia/autonomía.
Quizás una excelente definición
de un amor sagrado la puede tener Leo Lee, cuando reitera: servir a lo que se
ama; no servirse de lo que se ama.
¿Te has detenido a pensar cómo
has concebido hasta ahora tu relación íntima: desde lo profano o desde lo
sagrado? Quizás este sea un buen momento para reflexionar sobre ello, puede ser la respuesta que te lleve al porqué no logras una vida en pareja como
la que has soñado.
Recuerda que si deseas hacer el
tránsito de lo profano a lo sagrado en tu relación y alcanzar la vida que tanto
has soñado estoy lista para acompañarte en este maravilloso viaje en crea.excelencia@gmail.com
Por el derecho a Amar para Ser
Amado,
P.D. Hacerse cargo de sí mismo y
de su calidad de vida es el ingrediente básico para una relación de alto
impacto y valor. ¿Te apuntas?
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