Si tan solo hubiéramos aterrizado en el planeta Tierra con un manual que nos enseñara a vivir, a conducirnos y comprometernos de una manera funcional y empoderante, nuestras relaciones serían más exitosas.
En esta era de sobreinformación y conocimiento sabemos mucho
de muchas cosas. Pero, ¿hasta qué punto somos maestros de nuestra propia
psicología y conocemos nuestras emociones?
En un alto grado somos analfabetas emocionales. Sino sabemos
leer nuestra emocionalidad cómo pretendemos leer de manera efectiva la de
nuestra pareja.
La mayoría de las relaciones de pareja son disfuncionales, en
realidad un altísimo porcentaje. La concepción de pareja, de novio, de esposo
la tenemos marcada de lo que vimos, aprendimos y vivimos con nuestros padres, y
en muchos casos este no es el mejor modelo. Así que, ese fue el nivel de
pensamiento que dimos por cierto.
Muchas relaciones en nuestra sociedad y de manera ancestral
se han basado en el abuso emocional, sexual y físico; en la sumisión, la
agresión y la violencia. Y justamente por repetición o por rechazo esos son los
modelos que nuevamente repiten los hijos al crecer y entrar a relaciones de
pareja.
Otras, por su parte cayeron en la rutina, el aburrimiento,
en el conformismo, en soportar la indiferencia o la infidelidad.
Y qué tal si pudiéramos probar otras formas de
relacionarnos, de establecer estándares saludables, de pactar acuerdos y de aprender
a resolver el desacuerdo.
Nuestra pareja no es culpable ni responsable de nuestra
emocionalidad. Pero vaya que sí es nuestro gran maestro porque como si tuviera
una lupa súper gigante nos magnifica los traumas, los dolores, las heridas que
venimos cargando en el cuerpo emocional, esas que se quedaron como impronta de
lo que vivimos como chiquillos a raíz de la forma de relacionarse entre sí
nuestros padres.
Decía Carlg Jung, gran maestro de la psicología, que nos
casamos con nuestra mente inconsciente. Esto significa que resonamos con nuestra
pareja, que ella es nuestro espejo para evidenciarnos precisamente ese nivel de
pensamiento, de creencia, de trauma o de dolor que venimos cargando como maleta
emocional.
No se trata de ser conformista y quedarse en una relación
abusiva. No se trata de salir corriendo porque hay desencuentros. Si el gran
porcentaje de relaciones son disfuncionales, consiste nuestra tarea en hacer
algo para educarnos y entrenarnos para que la relación sea funcional, y para
ello, cada integrante de la relación debe responsabilizarse al 100%, del 50% que le corresponde.
Si una vez sanado el dolor determinamos que en realidad la
relación no merece ser salvada, ahí sí debemos apostar por otras opciones que
nos permitan volar hacia relaciones de mayor poder, certidumbre, compromiso y
amor.
Actualmente, muchas relaciones se rigen por los parámetros
equivocados, siguen los consejos de personas que sin conocimiento se aventuran
a dictaminar desde niveles y creencias que nada tienen que ver con los
principios de éxito, fallan porque siguen los dictados de la moda impuestos por
el mundo del espectáculo y la industria del cine y la televisión.
Mi labor como Coach es tirar el salvavidas emocional para
salvar relaciones. Enseñar el a, b, c de los principios y valores de las
parejas extraordinarias.
Así como es posible cre.SER individualmente, sí que es
posible, motivador y bonito cre.SER en armonía junto a una persona que te
respalde, te acepte y te rete a ser la mejor versión de ti mismo.
Déjame saber tus opiniones en crea.excelencia@gmail.com y visita
la página en Facebook, me gusta nutrirla periódicamente con mensajes que nos
den pistas para reflexionar y aprender.
Confío en que estas líneas te sirvan como referente de
inspiración para ti y los tuyos.
Por el derecho a AMAR para ser AMADO,
Ángela
Tu Coach de Pareja&Liderazgo con Propósito
P.D. Qué tal si te regalas la
oportunidad de entrenarte para crear excelencia en tu pareja y si aún no la tienes, pues a diseñar la más buena y la mejor ¿te apuntas?
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