Nosotros sabemos que el éxito de una persona lo reflejan sus resultados. Para algunos es muy fácil decir que saben lo que están haciendo y que tienen muy claro su actuar, por lo tanto hay muy pocas cosas que modificar o alinear en sus vidas.
Sin embargo, sus resultados
indican la poca claridad sobre el enfoque que tienen.
Y esto resulta aún más palpable
en la forma como se guían las relaciones: la pareja, las laborales, familiares
y sociales. Simplemente nos relacionamos con resultados de escasez basados en
la dominación o la sumisión.
No nacimos con un manual que nos
enseñe a desempeñarnos por esta tierra. Confundimos éxito con tener muchas
cosas y saber sobre muchas cosas.
Pretendemos ocultar la falta de
resultado y de éxito en nuestras relaciones con otros trofeos.
Presumimos de
nuestro conocimiento intelectual, de nuestras riquezas financieras y de las
habilidades sociales. Y cuando esto se ha alcanzado, si se esculca un poco que
hay detrás de ello se encuentra muchas veces angustia, infelicidad,
desasosiego, miedo, estrés e inseguridad.
Nos manejamos por máscaras
sociales aprendidas de modelos distorsionados como son los medios de comunicación
y ahora tan en boga Internet.
Sucumbimos en un mar de
información, algunas veces poco ética, donde se promocionan valores falsos y
facilistas que te dicen como alcanzar un montón de cosas, y que como ya lo
anotamos una vez se tienen se está mucho más cerca de las fronteras del miedo y
de la inseguridad.
¿Entonces en malo alcanzar estas
metas? ¿Qué hace que una vez has trabajado y muchas veces hasta luchado por
todos estos objetivos te sientas sin alicientes y vacío?
Esto se da porque basamos
nuestras vidas en falsos conceptos. Porque en el afán de ser “sabelotodos”
renunciamos a aprender los principios y valores básicos que realmente deben
guiar nuestra conducta y nuestra vida.
Somos muy prestos a aprender
muchos datos, a ser muy rápidos con la información, a ser enciclopedias
abiertas y la pregunta es:
¿realmente nos estamos ocupando
de ser mejores seres humanos, conociéndonos a fondo, valorándonos,
apreciándonos, respetándonos y siendo generosos con nosotros mismos?
¿Cómo podemos cerrar esa brecha
entre lo que creemos que sabemos y lo que realmente sabemos?
Estas son las cinco claves para SER
libres y felices
- Aprender sobre los principios de vida y regirnos por ellos
- Establecer nuestros verdaderos valores,
- Cuestionar que es eso que creemos y para que nos sirve,
- Conocer y limpiar las maletas emocionales con que hemos cargado durante décadas
- Definir quien necesito SER para lo que deseo tener y hacer
El juego del sabelotodo es un
engaño mental que nos aleja de conocernos profunda y amorosamente y nos inhibe
de que nuestra verdadera luz brille y conecte con otros.
Tengamos en cuenta que como no
nacimos con un manual debajo del brazo es difícil que por la sola fuerza de
voluntad y por inercia podamos autodirigirnos y poner en marcha las cinco
claves.
Somos maestros de maestros, por
ello como dice el refrán popular: cuando el alumno está listo aparece el
maestro.
Confío en que estas líneas te
sirvan como referente de inspiración para ti y los tuyos.
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Por el derecho a AMAR para ser AMADO,
Ángela
Tu Coach de Pareja&Liderazgo con Propósito
P.D. Para recibir lo que se
quiere, antes hay que desprenderse de lo que no se quiere. Alejandro Jodorowsky
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