miércoles, 12 de noviembre de 2014

¿A qué huele tu relación y cómo se ve?

Es parte de nuestra naturaleza divina el vivir en grupo, acompañados, somos seres sociales por naturaleza. De ahí que una de los mayores anhelos, común a un gran porcentaje de la población, sea conseguir una relación de pareja como forma de sentir a otro de manera íntima y gozar de la posibilidad de amar para ser amado.



Quizás en este postulado se encuentre una de las causas más comunes de las problemáticas que se trabajan tanto con personas que ya están en una relación -como un formalismo-, como con aquellos que siguen solos porque ninguna relación “cuaja”.

Lo que he identificado como factor común es que con resultados, favorables y momentáneos, se focalizan en cómo conseguir una pareja, activan todas las antenas, y diseñan un kit de herramientas para ello.

Se concentran en el conseguir y una vez están ahí, se olvidan de que hay que invertir en cómo conservarla. Apuestan todo por atraer, cautivar, seducir; y el mínimo o nada por conservar. Mejor optan por entregársela a la suerte, al destino o a Dios y luego culpan a ese mismo Dios, a la suerte y al destino de los pésimos resultados.

He ahí el dilema, se invierte para conseguir pero no se invierte para conservar porque pareciera que no resulta fácil ser consistentes y en la cuenta bancaria del amor hacer depósitos constantes para que genere jugosos intereses.

La relación de pareja es como una planta. Si no la riegas, la abonas y la podas quizás poco a poco se va secando y debilitando o se muera.

En mi libro electrónico Las 9 Enfermedades Del Amor Que Tienen Tu Relación En Cuidados Intensivos, que tendré el gusto de presentar a la luz pública la próxima semana, detallo como con nuestras actitudes, acciones y omisiones; y desde nuestros patrones y personalidad descuidamos tanto la relación, al otro y a nosotros mismos que hacemos muy poco por conservarla fértil, frondosa y florecida.

Seducción y conquista
Quizás seducir en la primera etapa te resulte muy fácil. Pero qué hay de aquello de preservar lo conquistado. Aunque son muchas las piezas del rompecabezas que hacen parte de este tema, en este artículo vamos a hacer hincapié en un aspecto específico.

Cuando estamos en plan seducción cuidamos nuestro aspecto personal, nuestra imagen física y nuestro espacio.

Una vez ganada la primera etapa de montaña algunas personas suelen descuidarse y no trabajan por el gran premio. Y tanto hombres como mujeres se dejan llevar por la desidia.

Normalmente esta situación se refleja de tres maneras:

#3 Presentación personal. En la etapa de seducción te organizabas como un postrecito: usabas tu loción favorita, te vestías de manera armoniosa y diligente, te organizabas el cabello, las uñas, la piel, en fin, dedicabas tiempo para verte y sentirte bien contigo mismo y resultar interesante para el otro/a.

#2 Cuidar de sí mismo. Cuando se está en el plan de impactar a alguien del sexo opuesto se cultivan hábitos como alimentarse bien para mantener un peso adecuado y una figura atractiva, hacer deporte, ocuparse del cuidado y salud del cuerpo.

#1 Mantener en orden el espacio personal. Dedicabas tiempo al aseo, higiene y orden de tu espacio personal tanto en el sitio de trabajo como en tu casa para que cuando te visitaran se encontraran con un lugar en óptimas condiciones.

Cómo puedes darte cuenta, algunos en la etapa de seducción y conquista inicial hacen todo para que la “vitrina” sea llamativa, brille y venda. Luego, cuando ya se da todo por hecho entran en la dejadez, en la pereza, en el abandono.

Dejar de ser interesante y atractivo para el otro hace que se pierda interés en la relación. Si por negligencia se cae en el descuido y reinan la mugre y el desorden tanto personal como del espacio físico te pregunto:

·       ¿Quién desea salir a la calle acompañado de una persona desaliñada, poco agradable y descuidada?
·       ¿Quién desea convivir con una persona que se ama poco y descuida su alimentación, su salud y su apariencia física?
·       ¿Quién desea tener “buen” sexo en un espacio sucio, desordenado, mal oliente?

Ten en cuenta que la primera persona con quien se convive es “yo con yo”, así que es primero la comodidad contigo mismo la que está en juego. Sino cuidas de ti mismo, sino te amas a ti mismo, sino inviertes en ti mismo mucho menos lo vas a hacer por tu pareja.

Te hago un llamado de atención para que re-evalúes: si tu relación entró en la apatía, o si ninguna relación prospera, de qué manera estos elementos pueden estar influenciándola y qué vas a hacer para poner los correctivos necesarios.

Recuerda la seducción y conquista inicial quizás resulten bastante sencillas; a lo mejor sostenerlas de manera consistente en el tiempo sean el verdadero reto.  

Confío en que estas líneas te sirvan como referente de inspiración para ti y los tuyos.

Déjame saber tus opiniones en crea.excelencia@gmail.com; también puedes visitarme en Facebook y en Twitter.

Por tu Excelencia,

ÁngelaR


Tu Coach de Pareja&Liderazgo con Propósito

P.D. Si deseas saber más sobre mi nuevo libro en edición digital Las 9 Enfermedades Del Amor Que Tienen Tu Relación En Cuidados Intensivos,  envíame un correo y te explico cuál es el mecanismo para acceder a él.


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