Lo que se aprecia se cuida. Cada quien determina el
valor que le asigna a su relación de pareja, si representa una flor silvestre o
una fina y cultivada. Así mismo será relativa la inversión de tiempo, dinero,
esfuerzo que invierta en ella.
¿Qué harías si deseas tener un jardín
de orquídeas porque te parecen lindas y anhelas verlas florecidas y disfrutar
de su aroma, de su colorido y de su belleza?
No basta con anhelarlo y que te gusten
para ver las flores. Si sabes poco del tema te tocará asesorarte y aprender.
Requieres saber cuáles son las condiciones para que el suelo esté fértil, cuál
es el abono preciso, las condiciones de luz, el riego, en fin un sinnúmero de
detalles que harán que al cabo de un tiempo tu vista y tu olfato se deleiten
con maravillosas flores.
Para todo ello vas a requerir de
tiempo, ocuparte de las plantas, invertir el dinero que sea necesario en
literatura sobre el tema, quizás asistir a un curso o contratar asesoría,
comprar los insumos y abonos necesarios, disponer del espacio físico y hacer
las adecuaciones que demanden.
Las orquídeas no son flores comunes. Para
verlas florecer se requiere de tiempo y persistencia, de la paciencia y
dedicación de su jardinero. Y bien, he puesto como referencia cultivar
orquídeas pero igual el ejemplo lo puedes llevar a otros temas de tu agrado
como un pasatiempo o hobby, o aún un deporte que te interese.
Así como cuidar un jardín requiere de
dedicación lo mismo ocurre con la relación de pareja. Se pretende erróneamente
que un romance prospere simplemente porque se “invirtió” en la etapa inicial de
seducción. Digamos que esta es la parte fácil y rápida.
Mantener la relación es una inversión
consciente. Infortunadamente poco se sabe y algunos van de tumbo en tumbo
porque carecen de educación emocional.
Ya me has oído decir que somos
analfabetas en muchas áreas, y cada quien domina algunas y desconoce otras,
para eso estamos ¡para aprender! Sin embargo, uno de los tópicos de mayor
analfabetismo es el emocional y de ahí que contemos con una salud lábil en esta
misma área.
Querer una pareja y tener una persona
al lado no es lo mismo que tener una relación sana, empoderada y funcional. Me
encanta la frase de Michael Levine que dice que tener un piano no lo vuelve a
uno pianista. Y es lo mismo, tener unas matas de orquídeas no significa que
vayan a florecer.
Cuidar la relación de pareja necesita
más que atracción. Por simple química no perdura en el tiempo. Requiere de
cuidado y dedicación, entender las necesidades y el lenguaje de amor del otro,
y tener la osadía de arriesgarse a invertir como si se tratase de ese cultivo
que tanto anhelas ver florecer.
Y esto es válido tanto para aquellas
personas que ya están en una relación y la sienten como un formalismo, y para aquellos
que siguen solos porque ninguna relación “cuaja”.
Es imperativo limpiar el terreno y formarse
para poder cultivar con éxito. Educarse es básico. Para aprender a leer y a
escribir requerimos de años de entrenamiento y práctica, de la guía de padres y
maestros, sino nacimos aprendidos no queda otra que poner manos a la obra y
hacer lo que sea necesario con tal de sacar la relación adelante.
Confío en que estas líneas te sirvan
como referente de inspiración para ti y los tuyos.
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crea.excelencia@gmail.com; también puedes visitarme en Facebook y en Twitter.
Por tu Excelencia,
ÁngelaR
Tu Coach de Pareja&Liderazgo con Propósito
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