lunes, 23 de noviembre de 2015

Atado de por vida

Esta es la historia del elefante destinado a ser la mascota del circo. 


Para cumplir con el proceso de destetarlo imagínate que lo ponen muy cerca de su mamá, desde donde pueda verla pero no tan cerca, para que no logre alcanzarla.

¿Qué le hacen entonces? 
Pues mira, le amarran su pata trasera con una cadena y un grillete a una estaca clavada al piso.

El elefantito jala y jala y jala y hace un sonido especial como llamándola para que vaya en su auxilio, o para tratar de llegar hasta su mamá.

Sin embargo, no puede, no lo logra. Vuelve a intentarlo y solo siente dolor.

Su pata se lastima con el grillete y sangra. Le duele. Su fuerza no le alcanza para arrancar la estaca.

¿Sabías que los elefantes son los animales terrestres más grandes, seguramente lo has visto en televisión, y un bebé puede pesar 120 Kg?

Bastan dos semanas
Bueno, para que te hagas a una idea clara, el caso es que al cabo de las dos semanas puedes notar que el elefante bebé se cansa de intentar soltarse y renuncia a probarlo una vez más.

Al cabo de este tiempo ya no clavan la estaca al piso, pero él con solo sentir su pata con la cadena o grillete cree que la estaca está enterrada, se queda quieto, en su lugar. 

Solo se moverá de allí cuando reciba la orden de quien hará con él su próximo número.


Para toda la vida
Así crece y ni siquiera de adulto intentará moverse por su propia cuenta porque ya los programas mentales están instalados como si fueran una oleada de virus que puedes ver bailar por su mente: no puedo, no sé, es muy difícil, ni para qué lo intento…


Por tu Excelencia,

Ángela Rojas
Tu Coach de Pareja&Liderazgo con Propósito


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