La fórmula que marca la diferencia

Aceptar no significa estar de acuerdo o resignarse. Quizás la diferencia sea sutil. Aprender a reconocer las sutilezas puede marcar la diferencia.

Cuando aceptas, simplemente estás en ese nivel de consciencia de darse cuenta que ese estado, emoción o problema hace parte de ti, por lo tanto no es bueno ni malo, no lo etiquetas, no lo juzgas, no lo rechazas.

Reconocer los estados emocionales es uno de los aspectos más importantes para forjar el autoliderazgo.

Para los profesionales de la salud, dedicados bien a las tareas administrativas y/o de asistencia, el interactuar con un sinmúmero de personas día a día puede resultar no solo retante sino también impactante porque la alta carga laboral genera en el tiempo estrés, fatiga, angustia, depresión, adicciones, insomnio, conflictos con la pareja y un cúmulo de emociones no fáciles de capotear. 

De ahí que el tema que hoy nos atañe sea fundamental.

Aceptar es esencial por estos tres aspectos clave:

1-Ningún problema o reto se puede afrontar mientras no se identifique y por tanto se acepte.

2-Las emociones nos controlarán mientras no las identifiquemos y más allá, las aceptemos.

3-Nuestros miedos más profundos no podrán ser afrontados mientras no lleguemos a la aceptación.

El sistema en el cual nos educaron y las figuras de autoridad nos enseñaron a evadir. Es un patrón tóxico que de pronto en muchos de nosotros viene incorporado al ADN emocional -si así se le pudiera denominar-.

Durante la infancia algunos pudimos escuchar que si llorábamos nos castigaban, que los hombres no lloran porque parecen niñas, que la tristeza es debilidad y la rabia es pecado, que ese no es motivo para estar triste, y que si no está de acuerdo o no le gusta se le castiga, etc, etc.

Así que el mecanismo más fácil fue disfrazar las emociones y sentimientos; evadirlos, negarlos, borrarlos del mapa consciente.

Aprendimos que para evitarnos problemas con nuestras figuras de autoridad, como padres, cuidadores y maestros. era mejor encontrar una razón, una excusa o una justificación para nuestros patrones limitantes y eso estuvo "bien" como mecanismo de defensa, nos sirvió en un momento determinado para sobrevivir.

Lo que ocurre es que en el tiempo presente, que es precisamente ese que estás viviendo ahora, sostener la evasión, la excusa o la justificación es caer en un círculo vicioso y continuar en la zona cómoda que no nos permite retarnos y crecer.

Sin embargo, en el inconsciente nada se pierde decía Jung.

Explorarnos, aceptar sin juicios y sin culpas es el primer paso para sanar las memorias de dolor que tienen su impronta en la edad adulta.

Un hombre o mujer profesional del sector salud que desee fortalecer su rol y su liderazgo en la pareja, familia y/o profesión centrará su atención en sus emociones para lograr una conexión real con su propósito de vida.

Cuando exploramos con curiosidad nos percatamos que la independencia, la autonomía, el ser responsable de uno mismo, y más allá, ser dueño de sí mismo requiere de un alto grado de compromiso que no todos están dispuestos a asumir.

El trabajo puede que sea sencillo pero no fácil. No todos son aptos para emprender una travesía de esta envergadura porque se requiere esfuerzo, dedicación y compromiso para afrontar con valentía el proceso de indagar en su ser y migrar hacia estados más empoderados y de autoliderazgo.

Ten presente que lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma.

Si eres un profesional de la salud y tienes inquietudes en como levantar el vuelo hacia tu propia libertad interior puedes consultar las diferentes modalidades de entrenamiento 1 a 1; o también los paquetes de capacitaciones para profundizar en temas de gran impacto en nuestras vidas.

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Por el derecho a Amar para ser Amado,

Ángela Rojas

Coach de Pareja&Liderazgo con Propósito

P.D. Es menos retante envolverse en un mar de justificaciones que aceptar los estados de la mente y de las emociones para poder migrar a más y mejores posibilidades.