miércoles, 23 de septiembre de 2015

Tus malabares con tus antorchas encendidas

Las señales son para leerlas, aunque a veces preferimos ignorarlas. 


Las señales en nuestras vidas son como los síntomas que anticipan una enfermedad, a veces leves y casi imperceptibles, pero si no les prestamos atención se van sumando hasta que llega la hecatombe.

A mí me gusta caminar. Esta es mi forma de ejercitarme. Gracias a Dios estoy en un gran momento disfrutando de salud física y con un peso en balance. Disciplina, perseverancia y conexiónn con el SER interno, diría yo que, son la clave.

No siempre ha sido así. Por mi tipo de metabolismo, que es más bien un poco loco, requiero ser muy, pero muy selectiva con mis hábitos alimenticios y con el tipo de ejercicio que hago. Me costó años entenderme pero creo que lo logré y ahora puedo cantar victoria. 

Sostener el hábito de hacer ejercicio y alimentarse bien (que es diferente a comer "bien") necesariamente no tiene que ser porque estemos en crisis de sobrepeso o por un problema cardiovascular o de otra índole. 

También puede ser como "medida precautelar" o como un mantenimiento que nos garantiza un estilo de vida saludable. 

En perspectiva,  estas dos últimas son las decisiones de más alto nivel.

Lo mismo pasa con el tema de educarnos en nuestro liderazgo:

  • hay quienes están en crisis en la sima del abismo que ellos mismos cavaron porque no supieron leer las señales o los síntomas a tiempo; 
  • otros, caminan sobre la cuerda floja como el mejor de los malabaristas tratando de no dejar caer las antorchas encendidas y quemarse en su propio fuego; 
  • y hay quienes, ya han vivido las verdes y las maduras, y se ocupan ahora de invertir en fortalecer cada vez más las raíces para cosechar no solo buenos frutos sino también disfrutar del exquisito color y fragancia de las flores. 

Ahora vale que te preguntes: ¿en este momento de tu liderazgo, en cuál de estas categorías clasificas?

Y cuando me refiero a liderazgo no es solo tu desempeño profesional o financiero, sino también tu salud física, tu peso, tu alimentación, tu salud  emocional, tus relaciones sociales, familiares; y la más álgida, la relación íntima, con tu pareja; y ahora, la más crítica, la relación contigo mismo???

Independiente del momento de balance o desbalance que estés atravesando, hay una llamada clara y es a no desfallecer. 

Lo último que se pierde es la esperanza, y un líder como tú no pierde la esperanza. Por el contrario, un líder como tú toma decisiones de alto nivel: busca la luz en el túnel de la mano de un experto que le impulse a hacer lo que se necesita hacer.

Aceptar el llamado a reconectar con tu capacidad innata de liderazgo es personal e intransferible. 

Como es habitual te dejo mi correo por si quieres entablar contacto y ayudarte en tu camino al éxito.


Por tu Excelencia,

Ángela Rojas
Tu Coach de Pareja&Liderazgo con Propósito


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